Él es Ivan Tiñena, supervisor de los servicios de limpieza de la Fundación. Lleva 3 años trabajando con nosotros y dice que lo que más le gusta del trabajo es la versatilidad del día a día.
Le he pedido hacer la entrevista a uno de los espacios que tenemos en la central de Mas Xirgu y cuando llega lo hace riendo, pero esto es normal en él. El día que Iván no ríe es que algo pasa.
· ¿Cómo llegaste a la Fundación?
Pues estaba buscando un cambio, porque yo trabajaba de noches y quería realizar un cambio en el tercer sector. Quería trabajar en un ámbito social así que empecé a mirar y cuando vi la oferta de la Fundación pensé “ala, ¡que guay! Yo quiero trabajar aquí”.
Me presenté y fui pasando distintas entrevistas hasta que me seleccionaron. ¡Yo aquí estoy muy bien! La gente es muy bonita y trabajo bien, te sientes muy a gusto.
- · ¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
Tratar con gente, y cuanto más diversa... ¡mejor!
La variedad de clientes y trabajadores con la que hablo día a día es muy grande, pero dentro de esta variedad y con un ritmo frenético yo estoy muy bien. Me gusta tener la mente activa y estar ocupado, así que ir arriba y abajo es algo con lo que disfruto.
Poder hacer muchas cosas, pero con un orden dentro del caos diario, hacerlas bien y de forma consciente. La oportunidad de tratar con mucha gente, de todas clases sociales, me hace gozar del trabajo.
Esto pienso que es lo más importante.
- · Tres palabras clave que para ti definen el proyecto de la Fundación.
La convivencia, la responsabilidad y la positividad.
- · Seguro que tienes alguna anécdota bien divertida... ¿Nos la puedes contar?
¡Verdad, tengo un montón!
Nosotros trabajamos en el Museo Dalí, en Figueres, y un día nos hicieron limpiar una sala muy grande. Por teléfono a mí me dijeron “tendrá que empezar por esta sala, pero sólo podrá limpiar cuando la obra que hay junto a la pared esté tapada”.
Las instrucciones son fáciles, ¿verdad? Pues les dije que vale, que ningún problema. Cuando llegamos al museo el día que tocaba me lo miré todo bien y le dije al equipo que ya podía empezar a limpiar, ya que pensé que la obra estaba tapada.
Pero... resulta que la obra no estaba tapada todavía. ¡Vino corriendo la curadora del museo a decirme que aún se tenía que tapar! Que no podíamos hacer esa zona.
Yo miraba la obra y no lo veía claro, por mí estaba tapada (ríe)...
- · Y cuando sales del trabajo, ¿qué te gusta hacer?
Yo por el tipo de trabajo que hago y por el estrés que paso, aunque lo disfruto mucho, cuando no trabajo necesito hacer mucho deporte. ¡Necesito moverme! Así que salgo en bici, tanto de carretera como de montaña, o salgo a correr todos los días. Siempre al aire libre, me ayuda a desconectar.
Lo que me relaja mucho no es la velocidad, sino ir a lo más alto de una colina, como la de Argimon, a respirar un poco de aire fresco, me estoy un rato y vuelvo a bajar.
- · Por último... ¿Cuál es tu producto preferido de Alimentos Onyar?
¡Uf, ésta la tengo clarísima! El otro día que hicimos la fiesta de los trabajadores descubrí los raviolis crujientes de shiitake y calabacín que preparan a los compañeros del servicio de catering.
¡Nunca lo había visto y son muy buenos! Probé uno y ya estuve vendido. Acabé con una bandeja en la mano yendo arriba y abajo ofreciéndole a la gente y de mientras me iba comiendo yo (ríe).